En muchas ocasiones se ha dicho que la cubierta es la quinta fachada de una edificación, pero esto no deja de ser un tópico, ya que dejando a un lado que ambos forman parte del cerramiento de un edificio poco más tienen en común.
Históricamente las exigencias funcionales de las cubiertas han sido impermeabilizar, dar estabilidad y belleza, pero en la actualidad a la hora de construir una cubierta hay que hacer frente también a los problemas del paso de vapor, del aislamiento térmico y acústico, de la durabilidad y sobre todo de la economía.
Este aumento de exigencias ha hecho que muchas cubiertas hayan perdido su inclinación, lo que puede facilitar la aparición de humedades en el interior del edificio por acumulación y retención de agua de lluvia.
Es por ello que es muy importante elegir un buen sistema de impermeabilización de cubiertas que sea capaz de evitar este problema de filtración de agua.